Qué es el control interno de una empresa y cómo puede ayudarte.

En la era del Big Data y la inteligencia artificial, la información se convierte en el activo más valioso que tiene la empresa para poder tomar decisiones. En este contexto, es importante tomar conciencia del lugar que ocupa esta premisa en tu escala de prioridades empresariales y las acciones concretas que implementas en tu gestión para mantener el control interno de la empresa.

Qué es el control interno de una empresa.

El control interno es el conjunto de acciones que llevas a cabo como equipo de dirección para conocer el estado real de tu situación económica y estratégica en relación al cumplimiento de tus objetivos. Hablar de control en este caso no necesariamente es hablar de autoridad sino más bien de acceso libre a una información fiable sobre el estado de los procesos y los resultados.

Tu objetivo es trabajar con un margen de seguridad razonable en todo momento. Esto significa, operar sin dependencias ni limitaciones en el acceso a la información que necesitas para analizar tu situación.

Para qué sirve el control interno.

El objetivo de tener este control interno es el de empoderar tu capacidad de tomar decisiones que mejoren la eficiencia en las operaciones y mejorar los resultados basándote en el uso inteligente de la información.

En la práctica, es a través de la auditoría interna de procesos que puedes ir descubriendo silos de información o malos hábitos de gestión, que sin ninguna malicia, se han ido consolidando en tu organización sin tu conocimiento o intención.

Clasificación de controles internos.

Los controles internos principales que necesita tu empresa se pueden resumir en los 3 siguientes de forma genérica:

  • Control administrativo
  • Control comercial
  • Control financiero

Dentro de cada ámbito se puede, y debes, profundizar para segmentar la información en los distintos procesos internos que hacen que cada departamento funcione independientemente del resto y a su vez preste servicio a los clientes internos de la organización.

Elementos de un sistema de control interno.

Un sistema de control interno debe componerse, como mínimo, por el siguiente esquema de acciones:

  1. Solido sistema de información
  2. Criterio de neutralidad y rigor
  3. Gestión proactiva de riesgos
  4. Análisis y conclusiones

Beneficios del control interno de una empresa.

Hay que reconocer que siempre será más caro no tener implantado un sistema de control interno que el posible coste de la inversión que ello supone. Desde el punto de vista económico, los beneficios son fácilmente medibles y la inversión amortizable a corto plazo si se cuenta con el equipo adecuado.

Desde el punto de vista estratégico, habría que reiterar su importancia ya que una empresa que base sus decisiones en información sesgada sobre su realidad competitiva y que no reciba los análisis oportunos en tiempo y forma puede poner en riesgo su sostenibilidad en el mercado.

Conclusión.

Con estas ideas presentes, tienes que valorar tu sistema de control interno y preguntarte si realmente cumple con los objetivos planteados o si por el contrario, es una inversión necesaria que puede ayudarte a afrontar los retos que te preocupan y potenciar tus fortalezas de forma eficiente y creativa.

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